- abril 30, 2020
- Posted by: cud-admin
- Categoría: Articulos
Por: Lcda. María Elena Margarida
En Puerto Rico estamos pendientes a que paulatinamente comiencen a abrir las empresas, las oficinas y los negocio que tuvieron que cerrar sus operaciones por la emergencia de salud que representa el Covid-19.
Aún cuando tenemos sentimientos encontrados para evaluar sí realmente y a ciencia cierta estamos preparados para minimizar el riesgo de contagio, queremos empezar a trabajar nuevamente, pero aceptando que esa realidad va a ser muy distinta a la libertad de movimiento que teníamos entre los compañeros, a la manera de compartir en el trabajo, y hasta la forma en la que saludamos y atendemos a los clientes.
Las mascarillas nos cubren las sonrisas, pero tenemos deseos de trabajar. Sin embargo, esta iniciativa laboral tiene que estar acompañada con la tranquilidad de que el reanudar las operaciones comerciales no puede poner en juego a las personas en los talleres de trabajo, ni a sus familias.
Uno de los temas que más se está discutiendo en las asociaciones y gremios legales es la abarcadora responsabilidad y retos que los patronos se exponen ante la ola de reclamaciones laborales que puedan surgir por contagio del Covid-19 entre empleados, y adjudicando culpa al patrono por no proveer orientaciones, normas escritas, equipo de protección personal y acomodos a sus empleados.
Es importante enfatizar que el gobierno federal se ha resistido a proveerle al comercio una orientación justa y adecuada que indique cuáles son los criterios que las empresas tienen que establecer. Esta falta de conocimiento se exacerba en el caso de las Pymes, que en su mayoría no cuentan con los recursos de información de las empresas globales.
Las Pymes tienen que planificar cómo operarán, y las normas que le impartirán a sus empleados para protegerse de contagio, atender a los clientes, además de conocer las licencias especiales por enfermedad y para el cuido de hijos y familiares a las que pueden tener derecho. Para cada industria hay un criterio distinto, al igual que para cada empresa.
Sugiero que analicen con mucha cautela las peticiones de sus empleadas durante estos tiempos de emergencia. Hay que evitar reclamaciones injustas, ante el deseo y la buena fe de querer laborar y rehabilitar nuestra economía.
Para información pueden comunicarse al 787-646-2569 o escribir a: mf@lexnova.org o info@cudpuertorico.com.